BETTYE LAVETTE ROTERDAM
Una voz curtida en la vida
Cuando Bettye LaVette subió al escenario del North Sea Jazz Festival 2006, ya era una veterana con más de cuatro décadas de carrera. Su voz, cargada de cicatrices y emoción, transformó ese directo en una verdadera lección de soul vivido.
¿Por qué ella en Róterdam?
La invitación no fue al azar. El álbum I’ve Got My Own Hell to Raise (2005), producido por Joe Henry y compuesto por canciones de autoras emblemáticas —Lucinda Williams, Joan Armatrading o Sinéad O’Connor— la devolvió al centro del mapa musical. El festival la convocó como reconocimiento a ese resurgir brillante.
Génesis de la actuación
La combinación de trayectoria, emoción y autenticidad volvió a posicionarla como una de las artistas más intensas de la escena soul. Su paso por Róterdam fue un momento de justicia poética, talentos que nunca deberían haber quedado en el margen.

El repertorio completo, con autoras
| I Do Not Want What I Haven’t Got | Sinéad O’Connor |
| Joy | Lucinda Williams |
| Down to Zero | Joan Armatrading |
| The High Road | Sharon Robinson |
| On the Surface | Rosanne Cash |
La teatralidad como forma de canto
La teatralidad no es un adorno, es la esencia de lo que hace Bettye LaVette. Cada canción es un relato dramático, una confesión que cobra vida a través de su cuerpo y su voz. No canta, interpreta. No imita, se desgarra interiormente.
La banda que la arropó
Estuvo acompañada por músicos de gran oficio, Alan Hill (teclados y dirección musical), William Farris (guitarra), Patrick Prouty (bajo) y Darryl Pierce (batería). Su sonido fue preciso y sobrio, siempre al servicio de la intensidad interpretativa de LaVette.
Recepción y legado
La crítica consideró esa actuación uno de los momentos más emocionantes del festival. El público respondió con una ovación de pie. Ese concierto permanece como un testimonio vivo del renacimiento artístico de Bettye LaVette y de su capacidad para trascender géneros.
Reseñas de prensa especializada
“Bettye LaVette continues to garner praise and gather new fans with each show she performs… She turned ‘Last Chance Lost’ into an intense, wrenching soul lament that seemed to encompass a lifetime of disappointments.”
«Una vida cantada a pulso, marcada por la dureza del tiempo y la elección consciente de usar cada grieta como parte del arte. Su voz es la huella de su propia biografía.
Cierre
En el North Sea Jazz Festival 2006, Bettye LaVette demostró que no estaba de vuelta por nostalgia, sino porque aún tenía mucho que decir. Con una banda precisa, un repertorio intenso y una interpretación que parecía vivida en primera persona, convirtió su concierto en la confirmación de que algunos artistas no envejecen, simplemente se afilan con el tiempo.

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